REFERENTES CONCEPTUALES

Desde que nacemos nos vinculamos a prácticas culturales propias del contexto social al que pertenecemos. La Lectura y la escritura son ante todo, prácticas sociales y culturales ligadas a la tradición del grupo al que se pertenece , a la forma como históricamente se ha relacionado dicho grupo con el mundo letrado y al lugar que ocupan estas practicas en los diferentes ámbitos en que el individuo se desarrolla: familiar, educativo, laboral y político.

Entender la escritura como practica conlleva a asumir que esta regulada socialmente puesto que se da en contextos culturales y socio-económicos determinados. Reconocer la lectura como practica social implica también reconocer su aporte en la formación de identidades, en los comportamientos sociales y en la conducta humana.

Dada su naturaleza social y cultural, la lectura y la escritura no están distribuidas de manera homogénea en las sociedades. Hay factores de orden histórico, económico ,familiar y de contexto que marcan de modo diferencial el accedo de los sujetos a la lectura, a la escritura, a los libros y demás productos culturales. De ahí que los modos de leer y escribir están determinados por elementos que van mas allá de las disposiciones, habilidades cognitivas y competencias de un sujeto, dependen de la cultura escrita dominante en que este se encuentra.

Los estudios sobre alfabetización buscan describir y explicar la transformación histórica del uso de la lengua escrita, las relaciones entre esta y la organización social, los procesos de aprendizaje y apropiación de lectura y escritura, teniendo en cuenta las relaciones de poder y la distribución social de la lengua escrita. La pluralidad de formas, usos, prácticas , propósitos y creencias sobre la lectura y la escritura son objeto de estudio de este enfoque; preguntas como quienes y que leen, cuando lo hacen , cuales son las restricciones institucionales que rigen su lectura y escritura, como leen y escriben forman parte de los interrogantes formulados.


La escuela se considera un lugar privilegiado para acceder a la lectura y la escritura, más no el único. Por ello se promueve el reconocimiento de otros contextos, de otros espacios donde leer y escribir son actividades comunicativas que forman parte de las practicas sociales cotidianas. En la escuela el docente organiza la actividad para la enseñanza y el aprendizaje de la lengua escrita. En cambio los eventos de lectura y escritura que surgen en la vida cotidiana se disponen con fines comunicativos y por ello son importantes contextos par la apropiación de los diversos usos no escolares de la lengua escrita.